“Primero, fue necesario civilizar al hombre en su relación con el hombre. Ahora, es necesario civilizar al hombre en su relación con la naturaleza y los animales.” Victor Hugo (1802-1885)

miércoles, 8 de mayo de 2013

INTRODUCCIÓN AL BLOG.


En los días que corren todos hemos oído alguna vez hablar del cambio climático y del aumento del efecto invernadero, términos que aún estando muy extendidos, normalmente no se conocen con exactitud las causas de los mismos y la importancia de su efecto sobre lo que nos rodea. Este blog, por ello, está orientado a la explicación de estos conceptos y además, buscamos concienciar a los lectores de la necesidad del cambio.

Muchas son las noticias que escuchamos acerca del declive ambiental y ya nos hemos acostumbrado a las numerosas campañas orientadas a contrarrestar los efectos del aumento del efecto invernadero; sin embargo, aunque se hayan tomado medidas a nivel autonómico, estatal o científico, nosotros, de manera individual somos quienes debemos favorecer y propulsar este cambio.

Y es que, los datos sobre la destrucción del ambiente son realmente impactantes, y si no lo creen, échenle un vistazo a los siguientes:
  • Los cambios climáticos provocan cada año 150 000 muertes.
  • Si se sigue emitiendo la misma cantidad de dióxido de carbono en 2100 los océanos habrán subido 1.4 metros.
  • 47% de las emisiones nocivas en el D.F. se producen por los hogares, 29% en comercios, 15% por los servicios y 9% por otras actividades.
  • Uno de cada seis niños sufre problemas en su sistema nervioso debido al smog.
  • Las enfermedades relacionadas con la escasez de agua produce el 80% de los padecimientos y muertes en los países en vías de desarrollo.
  • El calentamiento global puede provocar que en 40 años desaparezcan los hielos en el Polo Norte.
  • Entre 1990 y 2005 el mundo perdió 3% de su superficie forestal (sin duda, es la vegetación uno de los modos más eficaces de reducción de CO2 atmosférico).

Y podríamos seguir arrojando datos y datos, pero ya está bien de lamentaciones y centrémonos en el cambio, al fin y al cabo, LA TIERRA NO PERTENECE AL HOMBRE, ES EL HOMBRE QUIEN PERTENECE A LA TIERRA.


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